Cuatro mujeres pioneras en la lucha por los derechos de las mujeres: celebrando el día internacional de la mujer

Cada una de ellas, en su respectiva época, sentó los fundamentos de la revolución social que inspiró los movimientos feministas en todo el mundo, culminando en hitos significativos como el acceso a la educación y el derecho al voto.

Numerosas figuras han dejado una huella indeleble en la historia, y entre ellas se encuentran estas cuatro mujeres destacadas en el libro “Breve Historia del Feminismo” de la antropóloga brasileña Carla Cristina Garcia.

  1. Christine de Pizan
    Christine de Pizan (1363-1431) es reconocida como la primera escritora profesional de la historia, ya que logró sostener a su familia económicamente mediante su trabajo sin depender de asistencia masculina después de la muerte de su esposo. Originaria de Venecia (Italia), residió en Francia, donde también se destacó como poeta y filósofa.

    Es autora de más de 30 obras, incluyendo el notable libro “La Ciudad de las Damas”. En esta obra, crea un escenario ficticio donde las mujeres son ciudadanas plenas, con derechos adquiridos, una concepción radicalmente diferente de su propia realidad.

    A través de su texto, Christine desafía la noción de que las mujeres deben someterse a la autoridad masculina y desmantela los estereotipos que las retratan como “mezquinas, envidiosas, desobedientes y peligrosas”, como sostenían los pensadores de su época, según destaca el libro “Breve Historia del Feminismo”.

  2. Mary Wollstonecraft
    La vida de la escritora inglesa Mary Wollstonecraft (1759-1797) sería digna de una película. Poseía una mentalidad notablemente progresista para su época, siendo la autora del primer libro que abogaba por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
    En “Vindicación de los Derechos de la Mujer”, publicado en 1792 y considerado un pilar del pensamiento feminista, Wollstonecraft demandaba que las mujeres tuvieran acceso igualitario a la educación respecto a los hombres. Sostenía que la privación de educación condenaba a las mujeres a una perpetua dependencia, al no tener oportunidades para sostenerse por sí mismas fuera del matrimonio, como explicaba en su obra. Según indica la Enciclopedia Britannica, Mary Wollstonecraft ejerció como escritora y traductora. Sin embargo, su vida tuvo un desenlace abrupto a los 38 años, debido a complicaciones derivadas del parto de su segunda hija, según narra la Biblioteca Nacional de España. Es importante destacar que Mary Wollstonecraft fue la madre de Mary Shelley, reconocida como la autora de “Frankenstein”, una de las obras de terror más célebres en la historia de la literatura.

 

3.  Olympe de Gouges
Durante las convulsiones sociales que marcaron el devenir de la Revolución Francesa, se vislumbraba un cambio radical, sin embargo, las mujeres quedaron en el olvido cuando los revolucionarios propusieron redactar la nueva constitución. Es en este contexto donde emerge la figura de Olympe de Gouges (1748-1793).
Nacida en París como Marie Gouze, en 1791 escribió el manifiesto “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”, que dedicó a la reina María Antonieta. Su objetivo al publicarlo era denunciar la discriminación de género bajo el nuevo régimen republicano, ya que las mujeres seguían excluidas de los mismos derechos que los hombres, sin poder votar ni poseer propiedades.

En su esfuerzo por dirigirse a la nueva Asamblea francesa, Gouges enfatizó que, a pesar de haber participado en la agitación social que condujo a la caída de la monarquía, las mujeres aún eran consideradas “seres inferiores” y tenían menos derechos que los hombres esclavizados y liberados.

El libro de la antropóloga brasileña también resalta que Olympe de Gouges abogaba por el divorcio y la promoción del “amor libre”, además de rechazar la imposición del ingreso de las mujeres en la vida religiosa de los monasterios.

 

4. Sojourner Truth
Quizás no existe un discurso más conmovedor sobre la experiencia de ser mujer que el pronunciado por Sojourner Truth (1797-1883) en 1851. Activista abolicionista y defensora de los derechos de la mujer, ella misma fue esclavizada antes de alcanzar la libertad y comprometerse con el movimiento sufragista en Estados Unidos.
Todo esto, cabe destacar, lo logró sin tener conocimientos de lectura ni escritura, ya que la alfabetización de las personas esclavizadas estaba prohibida bajo pena de muerte en los Estados Unidos de esa época, según la investigación de la antropóloga brasileña.

A pesar de las adversidades, Sojourner fue la primera mujer negra en participar en la Convención Nacional por los Derechos de la Mujer en 1850, y al año siguiente pronunció el discurso que la catapultó hacia la historia. También se destacó como una de las primeras en abordar de manera conjunta los temas de género y raza, resaltando la marginación de las mujeres negras en cuanto a derechos y atención social.

Durante su discurso en la Convención de Akron (Ohio), Sojourner Truth planteó repetidamente la pregunta al público: “¿Y acaso yo no soy una mujer?”. De esta manera, reclamó la igualdad y dejó en claro que, como mujer negra, no recibía el reconocimiento ni el respeto de los movimientos feministas establecidos hasta entonces.

Truth es reconocida como un ícono del feminismo negro a nivel mundial y una figura pionera en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, cuyo legado ha influido en generaciones posteriores.

 

 

 

 

 

 

 

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