Convirtiendo el sargazo en soluciones: Una mirada creativa ante el desafío ambiental

Has tomado la difícil decisión de recurrir a tu tarjeta de crédito o gastar tus ahorros para disfrutar de unas merecidas vacaciones en el Caribe mexicano. Reservas el hotel y planeas con tu familia qué lugares visitarán, qué playas explorarán, entre otros detalles. Pero cuando finalmente llegan, equipados con trajes de baño, sombrilla y hielera en mano, se encuentran con un invitado indeseable en la playa: el sargazo.

 

¿Qué es el sargazo?

Sargazo es el nombre que se da a varias especies pertenecientes al género Sargassum, que son macroalgas que pasan toda su vida flotando en las aguas oceánicas, siendo consideradas algas de tipo holopelágico.

Estas masas flotantes de algas tienen un importante valor ambiental en el océano, ya que capturan carbono y producen oxígeno. Además, sirven como fuente de alimentación, zona de desove y/o refugio para diversas especies marinas, como peces, tortugas, camarones y cangrejos.

Según la Doctora Brigitta Ine Van Tussenbroek Ribbink, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la presencia ocasional de pequeñas cantidades de sargazo en las costas puede ser beneficiosa ya que aporta nutrientes a estos ecosistemas.

Sin embargo, desde 2018, la llegada masiva de estas macroalgas se ha convertido en un grave problema en las playas mexicanas.

Desde la perspectiva humana, la presencia abundante de sargazo deteriora el paisaje visualmente, obstaculiza o impide caminar por la playa y nadar en aguas que antes eran cristalinas. Además, el olor a descomposición que emana de las algas mientras se desintegran en la arena puede ser tan desagradable que muchas personas prefieren abandonar el lugar.

Sin embargo, el impacto ambiental, que no es visible a simple vista, es aún más grave. Una de las consecuencias de estas acumulaciones de algas marinas es que bloquean la luz solar, lo que dificulta la fotosíntesis de las plantas en el lecho marino.

 

Al percatarse de que este problema persistiría en los años siguientes, investigadores de la UNAM se pusieron rápidamente en acción para hacer frente a esta invasión de algas.

Las medidas implementadas tenían como objetivo proporcionar soluciones a corto, mediano y largo plazo, destacando la necesidad de ideas innovadoras para aprovechar la gran cantidad de materia orgánica disponible.

Si la vida te da sargazo…

Los avances de este proyecto son alentadores. Se han desarrollado “membranas capaces de eliminar colorantes típicos de la industria textil; también pueden utilizarse como filtros para eliminar contaminantes emergentes”. Además, se está trabajando en un sistema de tratamiento de aguas residuales a pequeña escala que aún está en proceso de desarrollo.

El Caribe mexicano alberga algunas de las playas más hermosas del país, pero han sufrido un gran deterioro debido al turismo, la contaminación, la deforestación y la gestión inadecuada de la zona. A este problema se suma el fenómeno biológico de las mareas de sargazo, que se atribuyen al cambio climático.

Gracias a proyectos como el del Dr. Silva, las algas podrían pasar de ser un grave problema ambiental a una fuente de material orgánico para diversos productos destinados a combatir la contaminación.

La combinación de acciones para aprovechar y utilizar los recursos de manera más eficiente, junto con el apoyo y la comprensión del público en general, puede contribuir a la recuperación de la belleza de las playas y a la restauración de la salud de los ecosistemas marinos. En ese contexto, vale la pena considerar incluso endeudarse.

 

 

 

Notas relacionadas

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *